sábado, 13 de junio de 2020

"Este es mi hijo"

La madre que buscaba a su hijo en los libros de la morgue y descubrió cómo se encubrían las desapariciones

Durante años, Adelina Dematti de Alaye trató de saber cuál había sido el final de Carlos, secuestrado en 1977. En esa búsqueda halló el único libro de la Morgue de la Policía Bonaerense que los médicos forenses no habían destruido para ocultar los crímenes de la dictadura. Su investigación y su testimonio fueron determinantes en el juicio de “La Cacha”. La Madre de Plaza de mayo murió a los 88 años sin encontrar los restos de su hijo.
Adelina con el Libro de la Morgue (Gentileza Ricardo Martínez)

Por Eduardo Anguita
Por Daniel Cecchini


-Este es mi hijo - dijo de pronto Adelina Dematti de Alaye.
Lo dijo mientras señalaba con el índice de la mano derecha la anotación de la autopsia a un NN correspondiente al 5 de mayo de 1977 en el libro de la Morgue de la Policía Bonaerense que tenía frente a sus ojos.
El hijo de Adelina se llamaba Carlos Esteban y tenía 21 años cuando fue desaparecido cerca de La Plata por un grupo de tareas compuesto por militares y civiles. Era estudiante de psicología, obrero metalúrgico, delegado gremial y militante de Montoneros. Estaba casado con Inés Ramos quien estaba embarazada. Su hija Florencia nació después de su desaparición.
Carlos, a quien sus compañeros llamaban “Laucha”, fue secuestrado el 5 de mayo de 1977. Los testimonios recogidos por Adelina durante los días que siguieron le habían permitido reconstruir los hechos. Esa tarde, un grupo de tareas se apostó en la esquina de Bossinga y México, en Ensenada. A eso de las 19 horas, Carlos pasó en bicicleta, en camino del trabajo a su casa. Uno de los secuestradores lo paró y le pidió fuego. Al parar, Carlos lo reconoció y trató de escapar. Ahí lo balearon, lo tiraron en la caja de una camioneta y se lo llevaron.
Adelina Dematti de Alaye, que por entonces era maestra jardinera, empezó ese mismo día una búsqueda incansable que la llevó a formar parte de Madres de Plaza de Mayo y a transformarse en una investigadora exhaustiva y precisa de los métodos del terrorismo de Estado durante la última dictadura.
En ese camino, más de 35 años de la desaparición de Carlos, tuvo ante sus ojos por primera vez a las páginas del único Libro Morgue de los años de la dictadura que los médicos forenses de la Jefatura de la Policía de la Provincia de Buenos Aires no pudieron desaparecer. Su mirada se detuvo en un registro de la noche del 5 de mayo, que señaló con un dedo tembloroso al mismo tiempo que decía:
-Este es mi hijo.
Frente a ella, sus colaboradores, el médico Ricardo Martínez y la investigadora Karen Wittenstein, pensaron que su búsqueda había dado finalmente resultado.
Carlos Alaye era estudiante de psicología, obrero metalúrgico, delegado gremial y militante de Montoneros. Estaba casado con Inés Ramos quien estaba embarazada. Su hija Florencia nació después de su desaparición. Tenía 21 años cuando fue secuestrado




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